¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?
Mateo 27;17
Sin embargo, puede que sólo sea eso, un anhelo, una ilusión, un “sueño guajiro”, porque, a pesar de que ha sido una franca promesa de AMLO, todo indicaría que más bien se trata de un distractor ante los graves problemas que enfrenta México, como los más de 70 mil muertos por la pandemia, la violencia imparable y una crisis económica que no da tregua.
A pesar de ser el artífice de las esperanzas infinitas, las ilusiones eternas y los más caros anhelos del mexicano, AMLO también es el rey del “gatopardismo”, el animador que aplica la máxima de “al pueblo pan y circo” (y cuando hablo de pan no me refiero al partido), aunque hasta ahorita sólo haya malabares, payasos y trapecistas en el escenario, porque de pan como alimento, nada, y es que quizá para el Presidente le va “como anillo al dedo” la frase bíblica que reza que “no sólo de pan vive el hombre” en franca alusión a su cristiana manera de concebir al estado laico.
Primero prometió quitar las pensiones a los expresidentes, a aquellos hijos del neoliberalismo corruptor y destructor, a los padres o más bien “Padrinos” de lo que para él ha sido o fue “la mafia del poder”.
A partir del uno de diciembre del 2018, los expresidentes dejaron de percibir 205,122.00 pesos, además del pago del seguro de vida, seguro de gastos médicos mayores, aguinaldo y gratificación de fin de año.
Esta cantidad es como quitarle un pelo a un gato, es decir, representa muy poco para la economía mexicana, pero mucho como símbolo para mostrar y demostrar al pueblo “sabio y bueno”, que tienen mucho Presiente y que aunque acciones de la misma índole como cerrar los Pinos, no dejan nada en términos reales, le sirven al habitante de Palacio, para ubicarlo como un mandatario cumplidor.
Ahora el distractor, la caja china, el acto de magia gira en torno al juicio a los expresidentes vía consulta popular que para los que saben resultaría en una encuesta “patito” más, de las varias que ya hemos tenido este sexenio.
En una emisión reciente de El Dedo en la Llaga, tuve la oportunidad de conversar con expertos, quienes, muy a su estilo y manera, me manifestaron su sentir de este pretendido enjuiciamiento a quienes han ocupado la silla presidencial, el más alto cargo que pueda ostentar mexicano alguno.
Tanto el político del PRD, Fernando Belaunzarán, como la periodista Ethel Riquelme y el Dr. en Derecho Alejandro Jiménez, coincidieron al manifestar que es anticonstitucional el hecho de que la suprema corte, lleve a juicio a los expresidentes de esta manera. “Es como regresar a tiempos de Poncio Pilatos a preguntar a quién salvas, a Jesús o a Barrabás”, aseguró Belaunzarán.
La consulta sería, entonces, la pileta con agua con la cual, Obrador se lavaría las manos cual Pilatos.
Les dejo la liga del programa para que lo vean y se suscriban.
Y es que, además de ser una cortina de humo, todo indicaría que este tema, es también parte de la campaña del Presidente para apoyar a su partido, candidatos y su causa.
Según el diario Reforma, Morena y sus huestes lograron la hazaña de recabar 12 firmas por segundo en menos de 36 horas para que los ciudadanos decidan si hay consulta o no para el juicio. Y es que si ya tuvimos una rifa del avión sin avión, en la misma línea tenemos una consulta para la consulta.
Las dudas razonable son ¿dónde están los seguidores del Presidente cuándo se les necesita? ¿Por qué no se vendió el 30% de los boletos de la rifa del avión sin avión? ¿Por qué hubo que inventar firmas para la consulta de la consulta?
Y mientras eran peras o manzanas, López Obrador firmó un documento solicitando al Senado la consulta para el dichoso juicio. De nuevo el animador, en medio de la pista saca de la chistera un truco más, uno de tantos y a los que ya, lastimosamente, nos estamos acostumbrando.
Y el jueves 24 de septiembre En Medio del Medio TV: