viernes, 22 de mayo de 2020

CORONAVIRUS y los medios.


“Confianza es el sentimiento que se genera  cuando se dice la verdad y se cumplen las promesas“
-JOSE MARÍA GASALLA




 Nada hay más importante que la credibilidad que tenga un medio de comunicación, es su valor más preciado, su fortaleza, lo que lo acredita como medio serio, objetivo y confiable.

La pandemia nos está dejando muchas lecciones; en definitiva la humanidad no volverá a ser la misma y existirá un antes y un después a partir de la crisis del COVID-19. Los medios de comunicación no han escapado a esta circunstancia, desde su contenido pasando por la manera de darlo a conocer.




El resultado es que siguen siendo los medios acreditados, al margen de sus tendencias políticas y sociales, los que siguen llevando la delantera en este asunto.

Lo que se ha documentado en tiempos de crisis, sobre todo en esta época de pandemia es el auge que han mostrado y demostrado los llamados “medios convencionales”, donde, para sorpresa de muchos, la radio lleva la delantera en cuanto a credibilidad se refiere, después vendría la televisión y al final las redes sociales y demás.



Para Mario Alberto Pérez, productor, locutor y director a quien consulte para este análisis, el repunte de la radio en estos tiempos de pandemia, se debe a lo bien cubierto que ha tenido el tema, además de que existe una gran oferta informativa en la misma; así también, ha sido la facilidad que representa el medio para que sus locutores hagan sus transmisiones desde casa cuando la contingencia comenzó.

Sin embargo, para el comunicólogo muchos medios se han aprovechado de la crisis para informar de manera “amarillista”; pero, sigue siendo la prensa “clásica” como Proceso o Aristegui, la que ha seguido denunciando y hablando lo que otros callan. Por cierto, la legendaria revista no escapó al señalamiento desde el púlpito de la mañanera; en el caso de Carmen, los “odiadores” de redes sociales la satanizaron por hacer su trabajo de denuncia en torno a Notimex.



El productor considera que la televisión sigue teniendo sesgos informativos como el caso de TV Azteca, que dejó de cuestionar a Hugo López Gatell, a quien las cuentas ya no le salen y donde la famosa curva no termina de aplanarse, “más que vocero de la salud se volvió vocero del gobierno”, puntualizó. Sin embargo “la mayor parte de la prensa ha cubierto de buena manera las conferencias y todo lo que tiene que ver con la pandemia”.

“Lo que no me ha gustado es la forma alarmista y dramática que muchos periodistas y conductores han tenido para dar a conocer la noticia”.



Y es que, a pesar de las insistentes campañas contra el COVID-19, las instituciones que representan a los medios electrónicos, tanto la Asociación de Radiodifusores del Valle de México y la Cámara de la Industria de Radio y Televisión “se han quedado cortas en sus campañas; deberían ser más claros, reiterativos y creativos en sus mensajes”.

En un documento en poder de un servidor, la empresa Investigación de Mercados INRA, reveló que ante la contingencia sanitaria, el confinamiento ha modificado los hábitos de consumo de la población, lo que ha llevado a elevar el rating de la radio desde abril, en las zonas metropolitanas de CDMX, Guadalajara y Monterrey.



En relación con otros medios, INRA considera que la radio no modificó su programación, pero si especializó segmentos en torno a la pandemia; otros medios como la televisión, vieron afectada su programación y contenidos debido a la contingencia y “la producción de los mismos está pausada o disminuida”.

Y es que a pesar de la enorme oferta de contenidos que ofrecen las diversas plataformas, la audiencia demanda contenidos dinámicos y novedosos, lo que ha encontrado en la radio.



“La tendencia de rating creció durante la tercera semana de marzo, en paralelo a las medidas de aislamiento y demanda de información”, señaló la empresa que desde 1946 realiza investigación de mercado en México.

Ahora bien otro fenómeno curioso fue que, cuando prohibieron la circulación de vehículos, la audiencia de noticiarios disminuyó y aumentó en los programas musicales y de entretenimiento; a la par, la sintonía de la radio alcanzó más de un 80% en casa y hasta 60% mediante un radio/stereo.



Todo esto nos lleva a pensar que “influencers” y “youtubers” junto con sus respectivas plataformas, siguen teniendo como público mayoritario a los jóvenes, pero cuando se requiere información “seria”, aquellos quedan rezagados o de plano, descartados.

Quienes pensaron hace años que con la llegada de la televisión y ahora con internet, iba a desaparecer la radio, quedó demostrado que cuando la población necesita informarse de manera puntual, objetiva, confiable y creíble, la radio sigue siendo la mejor opción. Ni más ni menos.



viernes, 15 de mayo de 2020

CORONAVIRUS y las mujeres maltratadas.


 ”Cuando la sangre es de una mujer maltratada,  la herida es de todos”.
-Anónimo

El coronavirus es una pandemia peor de lo que habíamos supuesto, y no, no me refiero a lo terrible que han resultado los contagios y sobre todo, las defunciones, los fallecimientos. Hablo de los daños colaterales que ha dejado un mal, que retratan de cuerpo entero a una sociedad que no estaba preparada para el encierro, ni para escuchar a su silencio, ni para acompañarse por la soledad.




En días pasados, el Presidente de México refutó a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, al negar que hubiese crecido el maltrato hacia las mujeres en el confinamiento: “... puede haber cifra negra, pero en las denuncia no ha habido un incremento”.

Y en su afán por ofrecer una visión distinta de la realidad, en sus “otros datos” aseguró que “En México tenemos una cultura de mucha fraternidad en la familia”. Dado que sus palabras causaron revuelo y ante la airada queja de diferentes grupos defensores de las mujeres, tiempo después matizó sus palabras y aceptó que si se daba este fenómeno en los “hogares” mexicanos. Sin embargo, volvió a minimizar el problema y aportó “otros datos”:

“No quiero decir que no exista la violencia contra las mujeres, pero el 90% de las llamadas que registran por violencia contra mujeres, son falsas”.



Pero son las mismas cifras oficiales las que dan cuenta del fenómeno. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Protección ciudadana, dio a conocer que en marzo se registraron más de 20 mil 200 denuncias por violencia doméstica, la cifra más alta en cinco años.

Y es que lo que tendría que ser un lugar sagrado, un hogar, una trinchera, un refugio, es para muchas mujeres una prisión, una jaula, un lugar donde encuentran todo menos respeto, reconocimiento, amor. La cuarentena ha agudizado esta problemática, donde los “machos” creen ser dueños de sus esposas y, por lo tanto, el maltrato, las vejaciones, los golpes, las humillaciones, las violaciones y hasta los feminicidios, forman parte de este cocktail de enfermedad y misoginia.

La realidad es que el confinamiento ha hecho que las víctimas, pasen el mayor tiempo posible con sus verdugos, con sus victimarios, con sus maridos golpeadores, quienes presas del encierro, el fastidio, el hastío, el alcohol y su “poca hombría”, descargan su frustración en la familia y, particularmente, en las mujeres.




“Las condiciones de desigualdad, donde las mujeres son sometidas por los hombres en medio de esta visión patriarcal, permiten que se reproduzcan las violencias y peor aún, las violencias extremas”,
aseguró para este análisis, la Periodista experta en derechos humanos y temas de género, Margarita Guillé.

Y la descripción de lo que está sucediendo en torno al maltrato a las mujeres, es escalofriante, “en la familia y en los hogares es donde se dan más violencias”. Pero el asunto no para ahí, el 70% de los feminicidios ocurre por parte de un familiar, el marido mismo o una persona cercana.



Estos datos contrastan con los dichos del Presidente, quien, según él “la familia en México es excepcional, es el núcleo humano más fraterno”. Aquí hay dos explicaciones, o al Presidente alguien no lo asesora y le explica el tema con “peras y manzanas”, o el mismo no es de su interés y por lo tanto, no lo domina ni profundiza, como lo demostró cuando se dieron la marcha y el paro de mujeres de marzo pasado.

En fechas recientes, más de 6 mil mujeres enviaron una carta al primer mandatario y entre otras cosas apuntaron: 

“Sus declaraciones, decisiones y omisiones fortalecen la impunidad y normalizan la violencia contra las mujeres, niñas y niños, al negar e ignorar el peligro que viven en sus hogares”.



El fenómeno se acrecienta por las características mismas de la cuarentena, por tal motivo, las mujeres violentadas no pueden pedir ayuda de forma tradicional, ya sea por teléfono o saliendo a la calle a solicitar el apoyo. Es por estas razones que en otros países han optado por maneras subrepticias y disfrazadas que les permitan a ellas, hacer el llamado de auxilio.

Al desaprobar las palabras del Presidente, para Margarita Guillé, quienes están encargadas de las políticas en favor de las mujeres dentro del gobierno, además de diversas autoridades, están perfectamente enteradas del tema, por lo tanto, las medidas de protección y vigilancia en torno a las mismas, se habrían incrementado en la pandemia.



El toque de queda en muchos países ha dejado indefensas a muchas mujeres, las cuales no cuentan con transporte público ni albergues, pues estos no están considerados como “esenciales” y por lo tanto, no están operando de manera normal.

Es por esta difícil situación, que la Red Interamericana de Refugios, a la cual pertenece Margarita, se ha dado a la tarea de recabar firmas, para que los países del orbe, tomen cartas en el asunto para tomar medidas especiales, suficientes y necesarias para atender las violencias contra las mujeres en tiempos de emergencia.

Aquí les dejo el link:
https://twitter.com/RireGlobal/status/1261219401929547779?s=20

Queda claro, entonces, que el maltrato a las mujeres en medio de la pandemia, es una realidad en México y el mundo, condición que empeorará ante la crisis económica que ya estamos viviendo y que se da como resultado del coronavirus. Las mujeres en el mundo no tienen patrimonio propio y a decir de Guillé, sólo el uno por ciento lo posee. Ni más ni menos.





viernes, 8 de mayo de 2020

CORONAVIRUS: Irresponsabilidad y desacato.

“No se puede escapar de la responsabilidad del mañana, evadiéndola hoy”.

-Abraham Lincoln







Lo dije antes y lo reitero, la pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de la raza humana. Autoridades, gobiernos, sociedades y pueblos, todos hemos sido afectados en gran medida por el coronavirus. 

Desde mandatarios y gobernantes que no han sabido responder con responsabilidad y criterio ante el tema, pasando por quienes han hecho una labor encomiable y ejemplar, hasta las personas que han satanizado al personal del sector salud y lo han agredido. Por otro lado están los que han aplaudido y apoyado a esos héroes sin capa y quienes han puesto el ejemplo ayudando a los necesitados. Pero también existen los que no creen que exista el “mentado” virus o sabiendo del mismo, han desacatado las medidas de precaución poniendo a propios y extraños en riesgo.




Me parece sorprendente que en pleno siglo XXI y ante un hecho inesperado y trágico como lo es el coronavirus, haya personas que, pudiendo obedecer las reglas del juego, las hayan ignorado, se las hayan pasado por el arco del triunfo exhibiendo una muy grave irresponsabilidad y, lo que es peor, poniendo en peligro a los demás.

Pero esta aparente insensibilidad tiene su origen en el miedo, donde  es mejor ignorar el problema para evitar que me afecte o por el contrario, se piensa que es poco probable el daño del mismo, por lo tanto las medidas de precaución disminuyen en este sector de la población.



Sin embargo, la irresponsabilidad de sociedades y pueblos frente a la pandemia también tiene otras explicaciones. 

Para Margarita Guillé, periodista experta en temas de género y derechos humanos, a quien consulté para este análisis, existe un tipo de sociedad en México que vive en la desinformación y en la “posverdad”, alimentándose de cosas que no son ciertas y aunque las perciba como verdades, opta por ignorarlas y hasta desmentirlas. 

“Prefieren permanecer en este mundo de fantasía más allá de la verdad”, considera la especialista.

Por otro lado, este segmento considera que el coronavirus con todo y las evidencias de contagios y defunciones, desestima el tema y lo ve como un complot de fuerzas obscuras para eliminar libertades. Por lo tanto, la postura ante las medidas tomadas por el gobierno y las autoridades por parte de estas personas es la resistencia “para no dejarse oprimir más”.



Supondríamos que estos segmentos pertenecen a grupos marginales, engañados e ignorados históricamente, por lo tanto, estarían dudando de todo, lo cual es bueno, pero no en estos momentos donde la urgencia clama y reclama precaución por ser un tema de vida o muerte. La realidad es que, se trata de amplios sectores de la sociedad mexicana que, a lo largo de la historia, han sido utilizados y dejados de lado, por lo tanto, les resulta difícil creer en la autoridad.

 Sin embargo, y hay que decirlo, he sabido de vecinos no pertenecientes a esta parte de la población o todos los hemos visto en Facebook y redes sociales, porque además lo presumen, haciendo gala de fiestas, festejos y reuniones, donde la sana distancia y el protocolo, se lo pasan por alto (o por ahí). Habría que recordarles que el coronavirus no respeta a nadie, así seamos familia, amigos o conocidos; todos podríamos infectar, si no nos cuidamos y cuidamos a los demás.



Para el Psiquiatra Roberto Turrubiates, a quien también le pedí su opinión, las personas que, pudiendo acatar las medidas de precaución y no lo hacen, se debe a que poseen una “pobreza en cultura y educación social”. Para el experto, con el desacato, estos individuos estarían retando a una sociedad que creen superior.

Como quiera que sea, los protocolos para mitigar los contagios deben ser guardados en la medida de lo posible, porque no es un tema menor, se trata de consideración y empatía, y me atrevería a decir que de autoestima, amor propio y amor al prójimo o por lo menos instinto de sobrevivencia.

He sabido de personas que viajaron en semanas anteriores por ciudades de Estados Unidos, en pleno corazón de la pandemia y con los contagios al alza, sin cuidado alguno y, lo que es peor, en la fiesta, los desmanes y toda clase de diversión. Que no está mal y no se trata de ser moralinos, pero que en este tiempo, es poco menos que inaceptable.




Lo cierto es que, por no acatar estas normas “como Dios manda”, fue como la pandemia causó estragos en países como Italia. Por increíble que parezca y ante las razones que sean, los sistemas de salud han quedado rebasados por personas así, indolentes, irresponsables y desconsideradas. Creo que en México aún estamos a tiempo de salvarnos y salvar a los demás.

Y recuerda que existen médicos, doctoras, enfermeros, reporteros, choferes del transporte público, personal de limpieza, vendedores ambulantes, policías y una interminable lista de mexicanos que, aunque quisieran no pueden...

Así que, si tu puedes mejor #QuedateEnCasa y acata las medidas de higiene y precaución.

viernes, 1 de mayo de 2020

LA PANDEMIA: soledad y silencio.


Huir de la soledad es, en realidad, escapar de la libertad.
-Robin Sharma




Para mi, seguramente al igual que para a ti y para otros tantos millones de seres humanos en el mundo, el tema de la Pandemia del coronavirus no ha sido nada fácil, nada en lo absoluto. Se trata de esos momentos que marcan, que cimbran, que calan, que marcan nuestra historia y que jamás olvidaremos.

Al margen de las cifras, de los datos, de la información, de la desinformación y fake News, este microorganismo vino a cambiar nuestras vidas, nuestras costumbres, nuestra forma de pensar y de actuar. El coronavirus nos está poniendo a prueba a todos por igual. Pueblos, sociedades, gobiernos, economías, organismos e instituciones no sólo del sector salud, sino a nivel mundial y de toda índole, han quedado pasmadas ante la crisis.

Pero quizá, una de las partes más complejas, es la manera en que, quienes hemos tenido la oportunidad de quedarnos en casa, lo hemos estado tomando y manejando. La pandemia puso en evidencia nuestras fortalezas, pero ante todo, nuestras debilidades, y de nosotros dependerá sacarle el mayor provecho posible a esta situación.

Se que se trata de una tragedia, de un problema de enormes dimensiones, de una crisis terrible que a todos nos tomó por sorpresa y que ha acabado con la vida de miles de personas en todo el planeta. Sin embargo, son estos momentos los que sirven para retratarnos de cuerpo entero. El coronavirus no sólo desnudó a mandatarios, gobernantes e instituciones, la pandemia evidenció nuestros miedos, inseguridades, traumas, carencias, bajos instintos y mucho de lo que somos como seres humanos y que pocas veces habíamos tenido el tiempo de observar a detalle, de percibir a conciencia, de palpar, de sentir a profundidad.

Como simple botón de muestra de lo que hablo, están las más de 26  mil llamadas al 911 en marzo pasado, por parte de mujeres maltratadas en todo México durante la cuarentena. Se trata de la cifra más alta en un mes, desde que se ofrece este apoyo.

Es por ello que, quienes hemos estado tratando de sacarle partido a la crisis, nos hemos visto obligados a la introspección, a la autoevaluación, al análisis, a sentir y buscar en los recovecos de nuestro ser, ese que ocultamos a los demás en una selfie, ese que, cual Fantasma de la Ópera, intentamos cubrir con una máscara, pero que ha quedado al descubierto porque la situación nos rebasa. Y no es para menos.

El virus ha puesto en entredicho nuestras relaciones personales en el confinamiento, nuestro rol en la familia y la sociedad. El encierro ha sacado a flote nuestra verdadera personalidad, esa que encubrimos con exceso de trabajo y actividades, con vigorexia, con falsas sonrisas, con hipocresía, con vanas plegarias los domingos o con alcohol, tabaco y otras drogas. Es por ello que el resultado será uno de dos, o salimos fortalecidos de todo esto o nos hundiremos en la desesperanza, las separaciones y los traumas no tratados, o por el contrario, empezaremos a pavimentar el camino hacia la libertad y la paz interior.

¿Qué temes escuchar en tu silenciado? Me preguntó un día mi psicólogo. Y es que sólo en el silencio encontramos a Dios, pero también en ese silencio, habita la verdad del ser, la plenitud, el amor, la conciencia, nuestro auténtico “yo”. Es en esta cuarentena donde se abre la posibilidad de rascar en el interior y encontrarnos o por lo menos, podríamos empezar a razonar los motivos de nuestras debilidades y carencias, de nuestras falsedades, de nuestras mentiras de cara a los demás, pero sobre todo de cara a nosotros mismos.

Yo soy de la idea de que todo pasa por algo, de que Dios no se equivoca. Por todo ello, creo que este ha sido un gran mensaje, un enorme aviso a todos por igual, para que nos percatemos del rumbo que hemos llevado como personas, como seres humanos, como ciudadanos, como sociedad. Es momento de hacer un corte de caja, un balance. Es la oportunidad para recomenzar, para rehacernos y reconstruirnos. Y si para ello tenemos que acudir a terapia, al psiquiatra, con el sacerdote, a la meditación, yoga, libros, AA, neuróticos anónimos o con quien sea que nos pueda ayudar, no dejemos de postergarlo.

La hora de tomar las riendas de nuestras vidas llegó. NO esperemos a la próxima pandemia.


LA DERROTA: EL FIN DE LA ERA “TRUMP”.

“A cada cual lo que se merece”. -Ulpiano No puedo ocultar, como muchos, mi alegría por el triunfo de Joe Biden como Presidente virtual de lo...