-Ulpiano
No puedo ocultar, como muchos, mi alegría por el triunfo de Joe Biden como Presidente virtual de los Estados Unidos. A pesar de que la contienda electoral no estuvo fácil y que no ocurrió como se hubiera deseado con el candidato demócrata arrasando, lo cierto es que Biden se convertirá en el Presidente número 46 de la Unión Americana y en el más votado de toda su historia y con todo ello, el fin de la era Trump, que tanto daño le causó a esta nación y al mundo entero.
La derrota de Trump no es poca cosa, como tampoco lo son los millones de votos que recibió, lo que indicaría que el “Trumpismo” estuvo antes, durante y lo estará después de que este “siniestro” personaje deje la silla presidencial del país más poderoso del mundo.
Con Trump a la cabeza el racismo y la xenofobia estuvieron al alza, lo que habla de la importancia que tiene quien encabeza un gobierno y más un gobierno como el Estadunidense. Es decir, se predica con el ejemplo y Trump, puso el peor ejemplo de todos y en casi todos los anti valores habidos y por haber.
Desde que Trump llegó al poder, los ataques policiacos, también aumentaron. Bajo el lema "Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo" y desde que se sentó en la silla presidencial el 20 de enero de 2017, el magnate delineó la separación entre estadounidenses blancos y los que no lo son. El problema se recrudeció con la muerte de diversos hombres de raza negra como George Floyd, quien fue asesinado por elementos policíacos de manera cruel y despiadada. Según cifras oficiales, 25% de los ataques de uniformados han sido a personas de color.
En la era Trump, los grupos ultraconservadores y de extrema derecha tuvieron un repunte, lo mismo que los organismos raciales negros, como contraparte y reacción. De igual manera, los ataques islamofóbicos han incrementado y según el FBI, los crímenes de odio se repiten un día si y al otro también.
Los crímenes por raza, etnia y linaje, se encuentran en primer lugar; seguidos por religión y las preferencias sexuales. LosJudíos y musulmanes han sido de los más atacados, lo mismo que los miembros de la comunidad LGBT.
Los incidentes antimusulmanes crecieron en más de 90%, incluidos los ataques a mezquitas y propiedades de quienes pertenecen a esta religión.
La polarización ha ido en aumento, como ya se vio en esta contienda electoral, donde todo indica que no se votó por un candidato “gris” como Biden, sino en contra de Trump.
Cierto es que, antes de la pandemia, a nivel económico las cosas pintaban muy bien para Estados Unidos, sin embargo, el desastroso manejo de la misma por parte de Trump, aunado a la debacle de la crisis misma, todo cambió. La pandemia le cobró caro a Trump su osadía, lo mismo que su xenofobia, homofobia, misoginia, racismo, mitomanía, machismo, beligerancia, arrogancia, petulancia y egolatría, entre muchos descalificativos más.
No celebro que las grandes cadenas de televisión como ABC, NBC, CBS, Univisión y mucha más, hayan cortado el discurso plagado de desaciertos, mentiras, verdades a medias, complots e irracionalidades de Trump, porque se trató de censura y esa no se le debe aplicar a nadie, incluido un “impresentable” como Trump, sin embargo, que esto sirva de lección para él y para muchos como él. Y es que ya basta de mentirle a sus gobernados.
En 2012 cuando en México el PRI, regresó al poder vía un candidato tan menor como Enrique Peña Nieto, yo escribí y dije que lo peor que le podía pasar a nuestro país, era la vuelta a Los Pinos de aquel instituto político que hoy, agonizante, se niega a morir. Pues lo mismo dije cuando Trump ganó en el 2016 y dadas las cifras oficiales mencionadas líneas arriba, todo parece indicar que lo mejor que ahora le pudo pasar a Estados Unidos y al mundo entero, es el triunfo de Biden y más que eso, la derrota de Trump.