“Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse”
-GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ.
El escándalo suscitado entre el CONAPRED, Chumel, el Presidente y su esposa, ya ha llegado demasiado lejos.
Para quien no lo sepa, todo inició cuando el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación tuvo la “desatinada” ocurrencia de invitar a Chumel Torres, un ácido y agudo influencer, a un debate sobre racismo. Medio mundo puso el dedo en la llaga porque, dado el muy particular humor del YouTuber, no era el personaje idóneo para dicho encuentro.
Chumel ha sido señalado de racista, clasista, misógino y muchas cosas más; su humor irreverente, hay que señalarlo, no fue la mejor opción para dicho debate, en eso creo que la mayoría podríamos estar de acuerdo. Y es que este tipo de comedia, en la época del #MeToo y de la defensa de los derechos humanos es más controvertido, delicado y polarizante; más aún tratándose de un encuentro como el que se tenía planeado.
Sin embargo, las cosas se pusieron “color de hormiga” cuando la esposa del Presidente López Obrador (que no Primera Dama), se quejó de la participación del “comediante” en el encuentro; de inmediato el CONAPRED reculó y no sólo Chumel fue “desinvitado” sino que, el encuentro se canceló.
Beatriz Gutiérrez Müller estaba en su derecho de queja, ya que su hijo menor de edad, había sido motivo de mofa por parte de Torres en los espacios donde tiene cabida. Lo que yo nunca vi con buenos ojos, fue que, después de la molestia de la esposa del Presidente, CONAPRED hubiera desistido de sus pretensiones. Desconozco si fue por ganar “gracia” con quien no es Primera Dama o si, en verdad, hubo línea desde Palacio Nacional.
Hasta ahí las cosas tenían cierto sentido y lógica, pero cuando en la mañanera AMLO habló y desacreditó al Consejo, hasta “fingir” que desconocía su existencia y planteó la posibilidad de desaparecer el organismo, las cosas se salieron de control. Mónica Maccise, dejó de dirigir el Consejo, a pesar de su buen nombre y labor.
Desde ese momento, el marasmo de dimes y diretes en redes sociales, volvió cosa de locos un incidente menor y lo convirtió en un monstruo de mil cabezas.
Las diatribas y descalificaciones de uno y otro bandos, ha sido una guerra que hasta el día de hoy no termina. Ya incluso HBO, la empresa internacional en la cual Chumel tenía uno de sus programas, decidió cancelar el mismo. La “censura” del influencer me parece desproporcionada, porque podremos estar o no de acuerdo con él, nos puede gustar o no, pero de eso a censurarlo, hay distancia; más bien creo que la cadena fue oportunista porque recordemos que en días pasados eliminó de su streaming HBO Max, Lo Que el Viento se Llevó, por considerarla una película racista.
Lo cierto es que, en lugar de desaparecer un órgano de las dimensiones del CONAPRED, se tendría que pensar en robustecerlo, en lugar de haber despedido a su titular, se debió otorgarle mayores facultades para ejercer su trabajo, en lugar de desmantelar instituciones que, a pesar de todo funcionan, deberíamos pensar en qué hacer por ellas y con ellas.
En un país donde, según el INEGI, 30% de los mexicanos somos discriminados por nuestra apariencia y donde la homofobia, la xenofobia, transfobia, misoginia y racismo están a la orden del día, “achicar” a un organismo como CONAPRED, no habla más que de un despropósito y tal vez, de poco interés en estos temas y desconocimiento de los mismos. Se trata de tópicos fundamentales, en un país que está en 2do. lugar en crímenes por homofobia y donde se cometen 9 feminicidios al día.
En su columna de El Universal, Ricardo Raphael dijo que entre el apoyo que le han brindado a CONAPRED en México y el extranjero, hasta la ONU se pronunció por la buena labor que ha venido realizando. Con esto queda claro que, el prestigio, conocimiento y reconocimiento de esta institución es mucho mayor que las consideraciones del Presidente.
Por otro lado, Morena, en la Cámara de Diputados, pretende que se apliquen cuatro años de cárcel para quien fomente, promueva, o incite al odio, la hostilidad, la discriminación o violencia contra personas o grupos por cualquier medio o vía, incluyendo las redes sociales.
Ojalá el acalorado debate sirva para que, en lugar de incitar a la división, la polarización y el odio desde diversas trincheras, incluido el púlpito de la mañanera, deberíamos llegar a un acuerdo, a una tregua. Desde ese importante foco de atención, el Presidente tendría que convocar a la unidad de México y los mexicanos y dejar de lado el divisionismo, la crispación, la descalificación sin ton ni son, que flaco favor le hace al país, sobre todo en una crisis como la que estamos viviendo.
Espero y deseo que la propuesta de Morena obedezca a un sentimiento sincero de solidaridad y ganas de querer solucionar el gravísimo problema y no se convierta en un mecanismo de venganza, revanchismo, censura y mayor polarización, porque como ya vimos, no deja nada bueno.
Tiempo al tiempo.
PRÓXIMAMENTE...
Tony Aguirre: En Medio del Medio TV.
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