Desde los inicios del cine, hace ya más de cien años, a las mujeres las clasificaron y calificaron como buenas y malas, igual que a los hombres en héroes y villanos. Pero fue la “femme fatale” la que rápidamente ganó mayor número de adeptos, quizá por el morbo de ver una imagen perversa de la femineidad, aunque terriblemente seductora y sexual. Pero el cine no inventó nada nuevo, basó sus prototipos en la mitología griega o en personajes de la literatura e incluso de la misma Biblia como Dalila, Salomé, María Magdalena y, por supuesto, Eva, a quien ya mencionamos como la primera gran “pecadora” de la historia…
Así fue como se fueron dando las primeras imágenes de pronunciadas curvas, sedosas cabelleras y labios carnosos, primero en los inicios de la fotografía y después en el celuloide. Figuras como Gloria Swanson, Hedi Lamarr y Verónica Lake pasando por Lupe Vélez, Dolores del Río, Vivian Leight, Katharine Hepburn, Elizabeth Taylor, Ingrid Bergman y Ava Gardner, hasta llegar a Rita Hayworth, Brigitte Bardot y Marilyn Monroe. Esta última convertida en el símbolo sexual de todos los tiempos o por lo menos en el ícono erótico del siglo XX.
Pero la cosa no quedó ahí, porque no solo había que llamar la atención de las audiencias con “atractivo visual”, sino que además, la cinematografía adquirió el compromiso de retratar las épocas y los momentos que la humanidad vivía y las mujeres no fueron la excepción. De hecho, el tratamiento que el cine ha llevado a cabo de la mujer y su sexualidad, ha pasado por todos los matices, vicisitudes, triunfos y derrotas de estas en la vida real y a lo largo de más de cien años de la existencia de la Gran pantalla…
Sin embargo, siempre se hizo énfasis en reflejar, además de belleza y sensualidad, la violencia hacia el llamado “sexo débil”, donde pocas veces ha habido respeto hacia su intimidad. Quienes ejercían su poder personal y sexual, terminaban locas, golpeadas, violadas y muertas…, o todo junto (Y no hablamos de lo que actualmente ocurre en Juárez, el Estado de México y Nuevo León). Si no es que, logrando alcanzar el amor de su hombre, como único fin y único afán de su existencia, tal como lo exageró después la televisión, vía las telenovelas…
Nuestro país no se quedó atrás y en el apogeo del Cine Mexicano, en su época de oro, las bellas fueron también “gancho” en la pantalla y por ahí desfilaron “divas” como Lupita Tovar (Protagonista de Santa, la primera película sonora de México), Andrea Palma, María Félix, Katy Jurado (La primera mexicana nominada a un Oscar), Dolores del Río (En su regreso de Hollywood), Columba Domínguez, Tongolele, Rosa Carmina, Carmen Sevilla y Sara Montiel, además de Marga López, Silvia Pinal y Angélica María, entre muchas, muchísimas más… Mención aparte merecen: Libertad Lamarque, Amparo Rivelles y Doña Sara García, por sus personajes de mujeres sufridas hasta la “martirización”…
En los años 60 surge el género de luchadores en la pantalla de plata, donde Tere y Lorena Veláquez y algunas más, “adornaban” la escena haciéndole compañía a Santo, Blue Demon y Mil Máscaras, dejando ver sus voluptuosos encantos a la menor provocación. Sin embargo, la cosa fue “de mal en peor” por allá de los 70 y 80, en gran medida debido a las nefastas políticas emprendidas por gobernantes como José López Portillo, que surge el cine de Ficheras y Narcos, que lanzó a la fama a “encueratrices” como Sasha Montenegro (Viuda de López Portillo, por cierto), Lyn May, Rosy Mendoza, Isela Vega (Hoy convertida en actriz de primer nivel), y Angélica Chaín, quienes solo eran carne de cañón en “churros” de pena ajena…
A lo largo de todo este tiempo, la publicidad también hizo escarnio del rol femenino y al igual que el celuloide, comenzó a explotar la sexualidad del género en grado superlativo, dando lugar a publicaciones como Playboy y muchas más, donde las féminas eran y son, utilizadas como objeto sexual y nada más…Sin encuerarlas del todo o por lo menos, con mayor moderación al respecto, hace su arribo la fotonovela, cuya finalidad era mostrar a las “artistas” de moda, en diversas poses y en historias burdas, baratas y muy tontas, con el único objetivo de seguir vendiendo a los protagonistas de películas y telenovelas. El éxito de la fotonovela fue tal, que hasta “la Doña”, María Félix, participó en una de ellas…
La llamada en sus inicios “caja idiota”, por intelectuales y detractores, tampoco dejó pasar la oportunidad de llamar la atención con guapas actrices, conductoras, cantantes y modelos, por lo cual y desde sus inicios, se hizo regla, que al igual que en el cine, a la pantalla chica solo podrían acceder las bellas, las curvilíneas, las generosas de cuerpo y, aprovechando el auge del medio y el glamour y “poder” que representaba, las dadivosas en la cama…
Todas o por lo menos las más, eran damas jóvenes con varias características que hicieron de la telenovela, un género: Bellas, desvalidas, ingenuas, inocentes (rayando en lo “pendejas”), algunas valientes y todas enamoradas, embarazadas y abandonadas… Pero también estaban las mártires, las abnegadas como la misma Amparo Rivelles, Carmen Montejo, Carmen Salinas y Silvia Derbez, quienes además, interpretaban magistralmente, hay que reconocerlo, a la madre fiel, sacrificada e impoluta, cuyos “pecados” se hacían en nombre del amor…
Y es que el melodrama casero, desde hace más de 50 años, mostró a las mujeres como aprendices del fracaso: aprenden a ceder, pactar, cooperar, entregar, obedecer, cuidar y depender… sin alcanzar éxito ni poder. Las mujeres quedan, en definitiva, relegadas al espacio doméstico de la familia, pero eso si, al final, muchas de ellas llegan al altar y se vuelven ricas y felices, después de haber conquistado al joven de la “Casa Grande” y luego de haber recuperado al hijo perdido, por supuesto… ¿Así o más machista y misógino el asunto?...
Punto y aparte merecen las villanas, quienes tenían permiso para pecar, engañar, embaucar, incluso matar y fingir embarazos del galán de la historia: Rocío Banquells, Laura Zapata, Rebeca Jones y María Rubio, inmortalizada y estigmatizada por su “Catalina Creel” en la telenovela clásica, Cuna de Lobos, han sido las más buenas de las malas… Ellas, las villanas, si podían tener sexo y múltiples amantes, además de decisión, carácter y liderazgo, aunque al final, ardieran en los infiernos pagando sus culpas, como debía ser: el triunfo del bien (y la heroína), sobre el mal.
En nuestros días las cosas han variado en la forma, no así en el fondo. La mujer sigue considerada un objeto de deseo, aunque emancipada en muchos aspectos, incluyendo el sexual, por lo tanto, continúa como “adorno” de la pantalla, de afiches y espectaculares. En la meca del cine, los mitos cedieron el terreno a Demi Moore, Sharon Stone, Sandra Bullock, Charlize Theron, Julia Roberts, Nicole Kidman, Mónica Belucci, Salma Hayek (la única mexicana nominada a un Oscar como actriz protagónica por “Frida”), Angelina Jolie, Natalie Portman y Scarlett Johanson.
En México, a partir de los 90, el séptimo arte resurgió bajo el lema de “Nuevo Cine Mexicano” y con películas tales como: Sexo, Pudor y Lágrimas, Como Agua para Chocolate, El Callejón de los Milagros, Cilantro y Perejil, Sobrenatural, Amores Perros, Y Tu Mamá También, La Ley de Herodes, El Crimen del Padre Amaro y un largo etcétera. Las paisanas que heredaron la batuta fueron: Lumi Cavazos, Susana Zavaleta, Martha Higareda, Ana Claudia Talancón, Ana Serradilla y Cecilia Suárez; con roles de mujeres un poco más actuales, arriesgados e importantes.
En las telenovelas cambiaron los rostros (y los cuerpos, ahora con más Silicón que antes) y nada más. La dama joven sigue inmaculada y cuando se entrega, es solo por amor al “niño rico”, mientras que la “mala” aún posee “licencia” para divertirse sin pudor alguno. La esencia del melodrama sigue intacto y solo en contadas ocasiones la situación ha sido distinta como en “Mirada de Mujer” con una extraordinaria Angélica Aragón y recientemente “Las Aparicio” "El 8vo. mandamiento" e "Infames" (Donde se asegura que ellas tienen el poder), todas de manufactura impecable, "soberbias" y naturales actuaciones y con el rol de la mujer mejor cimentado, claro que con el sello de Argos bajo la batuta de Epigmenio Ibarra. Por lo demás, las actuaciones exageradas y los estereotipos “ridículos” siguen a la orden del día y de la noche…
Cabe puntualizar que después del éxito de las series “gringas” de los 70, donde “Los Ángeles de Charlie”, fungían como detectives en diminutos shorts y playeras sin sostén y donde se elevó a grado icónico a Farrah Fawcett, las americanas se vistieron de “marca” y tomaron Nueva York para acceder al sexo con quien quisieran y cuando quisieran, con o sin amor, todo ello en “Sex and the City”. Mientras que las chicas desesperadas se liberaron en “Desperate Housewives” e inauguraron la moda de las amas de casa “cuarentonas”, delgadas, guapas y sofisticadas, por lo menos en la televisión gringa, porque en la vida real de México son como Carmelita Salinas (Sin ofender a las queridas reinas del hogar, jeje)…
México retomó una serie muy exitosa de Argentina y sublevó de golpe a las féminas llevándolas al extremo de matar al verdugo en “Mujeres Asesinas”. Aunque en Televisa se valieron de las “Estrellas de su Canal”, con todo y su tono telenovelero para actuar, al público le atrajo la idea de ver fea y desaliñada a Verónica Castro y como prostituta decadente a Lucía Méndez (Que conste que solo hablo de la ficción), matando a los “malos” hombres y cobrando venganza, quizá por tantas lágrimas derramadas en miles de capítulos de melodrama casero, cuando ambas fueron las reinas del género…
En el terreno de la información y a pesar de que el noticiario “estelar” sigue encabezado por un hombre: “El Teacher”, quien se ha inmortalizado por su “oficialismo” y por su “juai de rito”, cada vez son más las presentadoras que no necesitan ser guapas, ni tener grandes senos ni enseñar sus muslos para mostrar y demostrar que tienen cerebro y opinión y para muestra Carmen Aristégui, a quien Calderón intentó quitar infructuosamente del aire, por no tolerar cuestionamientos y criticas de la incisiva periodista. La conductora solo quiso saber si el Presidente padecía alcoholismo o no, cosa que en nada gustó al jefe del poder ejecutivo, quien, “dicen” que quiso cortar su cabeza, pero fue el pueblo quien la defendió y restituyó en su programa.
La Salida de Carmen, de forma inédita, dio la vuelta al mundo y fueron las redes sociales de Internet, factor decisivo en ello, además de los medios internacionales que se encargaron de difundir la “Censura” que se estaba llevando a cabo en México con la prestigiada comunicóloga…Sin embargo y a pesar de figuras como Aristegui, Adriana Pérez Cañedo, Denisse Maerker, Hania Novell y Karla Iberia Sánchez, en las grandes cadenas de televisión, aún vemos a Lolita Ayala, quien a pesar de su estilo “fresa” y convencional de leer las notas, tiene el mérito de ser la primera mujer en encabezar un programa de noticias y en otros espacios no faltan las “bonitas” que no son nada, sin “telepromter”…
Finalmente, deseo, pido y exijo que los medios, en particular la televisión, vuelva a plantear el rol que le ha adjudicado a la mujer y su sexualidad, donde ya no sea solo la que da la vueltecita, o la que enseñe sus generosos “atribultos” como única opción y razón, tanto en programas de revista, noticiarios (Ahí está "La Reata" de Brozo), como en eventos poco edificantes y decadentes como los certámenes de Belleza y es que, a pesar de que muchas, ya desempeñan un papel más adecuado, equilibrado e importante en los medios y por supuesto, el que se ganaron a pulso en el arte, la ciencia, la cultura y la política, aún considero que las mujeres de este siglo, merecen un mejor trato y retrato y un lugar más honorable y decoroso en la pantalla y fuera de esta…, ellas y su bendita sexualidad…
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