Debo confesar mi casi nula capacidad para la tecnología y sus avances, para este nuevo modo de enfrentar el mundo donde lo que hoy está en boga, mañana es inusual e inservible... Aunque soy jóven aún, mi adolescencia se remonta a los 80, aquella nostálgica década donde Michael Jackson se consagró como el rey del pop y Timbiriche hacia de las suyas en nuestro país...
Es decir, aún no existía internet, los celulares, el iphone, ni nada de lo que hoy es cotidiano, normal, natural, obvio... Así que no justifico, pero si entiendo y trato de explicar las razones que me han llevado a no ser un chico "Hi Tec"... En fin, luego de disimular mi "pendejez" ante la vida moderna, debo confesar que la necesidad de hablar y en este caso, de escribir y ser escuchado, más bien, leído, me llevó a abrir mi blog y a enfrentarme, una vez más con la modernidad, además de que si antes, quien no salía en la tele no existía, hoy, hay que reconocer lo mismo, pero en la red, por lo tanto, "...es por ello que aquí estoy, dichoso con lo que tengo", como diría mi paisano, el maestro Carlos Pellicer...
Y es que es cierto, soy de Tabasco, el edén del trópico, esa selva, ese infierno verde, esa tierra que en gran medida forjó mi carácter y el de muchos... Para quienes no me conocen, yo soy Antonio Aguirre, aunque desde la primaria me han dicho Tony y con ese nombre es que me he desarrollado desde hace casi 20 años en los medios de comunicación... Porque siempre he dicho y lo sostengo: nací para esto, para hablar, escribir, comunicarme, enviar mensajes, opinar, decir, discrepar, discernir y todo lo que tenga que ver con la exposición y expresión de las ideas.
Porque si alguien tuvo claro desde los 6 años cuál sería su futuro, ese fui yo... Desde esa tierna infancia no solo jugaba policías y ladrones, sino además, imitar a Guillermo Ocho en su noticiario "Hoy mismo", era parte de mi rutina de diversión, así que desarrollarme en este ámbito es, ha sido y será lo mío, aunque también lo es la pintura..., el arte también es lo mío, parte de mi ser y quehacer... Finalmente, expresarme, decir lo que pienso y mejor aún, lo que siento, es la finalidad de este blog y de las ideas impresas en el mismo...
Bienvenido al mundo de los blogs.
ResponderEliminarCreo que la tecnologia no solo te ha alcanzado a ti, sino a toooodoooos!
Y aprendes o te quedas atrás.
Gracias por dejarme conocer un poquito de ti...
Aunque la foto que pusiste dice mucho mas, gracias por compartirte.
Sueña grande!
Tu manera de hacer sentir bien al otro, es un mérito que además de reconocer, debo agradecerlo... Las satisfacción de saber que "a alguien" le importa lo que sientes, piensas y haces, me hace reconsiderar la idea de Harold Kushner de que uno es, en función del otro... Gracias Romeo...
ResponderEliminarTony deberias ser escritor aparte de pensador, soñador, conductor y pintor... me encantó... Besos
ResponderEliminarEncontre algo que me recuerda mucho a ti:
ResponderEliminarEsto es lo que Zaratustra dijo a su corazón cuando el sol estaba en pleno mediodía: entonces se puso a mirar inquisitivamente hacia la altura - pues había oído por encima de sí el agudo grito de un pájaro. Y he aquí que un águila cruzaba el aire trazando amplios círculos y de él colgaba una serpiente, no como si fuera una presa, sino una amiga: pues se mantenía enroscada a su cuello.
«¡Son mis animales!», dijo Zaratustra, y se alegró de corazón.
«El animal más orgulloso debajo del sol, y el animal más inteligente debajo del sol - han salido para explorar el terreno.
Quieren averiguar si Zaratustra vive todavía. En verdad, ¿vivo yo todavía?
He encontrado más peligros entre los hombres que entre los animales, peligrosos son los caminos que recorre Zaratustra. ¡Que mis animales me guíen!»
Cuando Zaratustra hubo dicho esto, se acordó de las palabras del santo en el bosque, suspiró y habló así a su corazón:
«¡Ojalá fuera yo más inteligente! ¡Ojalá fuera yo inteligente de verdad, como mi serpiente!
Pero pido cosas imposibles: ¡por ello pido a mi orgullo que camine siempre junto a mi inteligencia!
Y si alguna vez mi inteligencia me abandona - ¡ay, le gusta escapar volando! - ¡que mi orgullo continúe volando junto con mi tontería!»
- Así comenzó el ocaso de Zaratustra.
Friedrich Nietzsche,
Así habló Zaratustra,
Primera parte, Prólogo de Zaratustra, 10