jueves, 7 de junio de 2018

ANAYA: ambicioso y traidor.




"Lo peor que puede pasar en este momento es que México tenga candidatos que están bajo sospecha de cometer actos delictivos" 
-Ernesto Cordero

Ricardo Anaya es joven, articula muy bien sus discursos, su manera de vestir es la correcta y está bien preparado, además de hablar inglés y francés. El problema del candidato es que no representa al cambio que con urgencia pide y necesita el país. Anaya surgió del sistema, lo ha servido y se ha servido del mismo, y por lo tanto, lo representa.

La biografía del personaje, lo mismo que sus detractores y quienes dicen conocerlo y muy bien, hablan de un sujeto trepador, traicionero y mentiroso. Cuando se habla de Anaya, no se pueden dejar de lado las debilidades mencionadas, además de su ambición y amor por el dinero.


Desde quienes le dieron sus primeras oportunidades dentro de la política, no dejan de mencionar su inclinación hacia la traición y hacia su falta de palabra. En su meteórica trayectoria política, Ricardo Anaya dejó varios heridos, muchos de ellos, de célebre alcurnia dentro del PAN, como Margarita Zavala y Felipe Calderón. La ex pareja presidencial desprecia al "joven maravilla", porque además de haberse adueñado del partido, hizo todo lo posible por adjudicarse la candidatura presidencial, sin importar el daño que le hacía a la institución y a todo aquel que osara atravesarse en su camino.


Otros connotados correligionarios como Javier Corral, Roberto Gil Zuarth, Gustavo Madero, Rafael Moreno Valle y Javier Lozano, padecieron los embates del implacable Anaya y algunos de ellos se han expresado de forma negativa de él. Mención aparte merecen Diego Fernández de Cevallos y Jorge Castañeda, quienes pasaron de maldiciones hacia el inexperto candidato a integrar sus equipos de trabajo.


"Ricardo Anaya es un corrupto, lavó dinero y no debe de llegar a la presidencia", le dijo "El Jefe" Diego a Carlos Puig en entrevista para Milenio TV, mientras que Jorge Castañeda apuntó en Foro TV: "Desde cualquier punto de vista tiene un tren de vida que no corresponde a su ingreso actual".


Cierto es que el Estado le dio con todo y las miles de publicaciones aparecidas en El Universal, donde se le denostaba un día si y al otro también, dan cuenta de ello, lo mismo que el uso faccioso de instituciones como la PGR, la cual lo balconeó en el célebre y triste caso de Manuel Barreiro, las empresas fantasmas y el presunto lavado de dinero en el pago de la nave industrial, que le dejó a Anaya una ganancia de más de 54 millones de pesos.


Sin embargo, en el nuevo y muy armado video donde los hermanos Barreiro confiesan que las ganancias por la triangulación de recursos fueron de 80 millones pesos y que son recurrentes las transacciones fraudulentas de Anaya y sus secuaces. El pésimamente editado y manipulado video deja ver la clara intención de "descarrilar la ya de por si descarrilada campaña de Anaya, en palabras de Denise Dresser, pero también que el candidato es un "vulgar ladrón" en palabras de un "cínico" José Antonio Meade.

La andanada contra Ricardo Anaya llevó a su correligionario Ernesto Cordero a denunciarlo ante la PGR por lavado de dinero.

Si ya se tenía la percepción de que se trataba de un político lleno de ambición y hambre de poder, los casos de su nave industrial, la fundación que presidió en algún momento y que fue usada para hacer un millonario negocio inmobiliario con constructores amigos, mediante un complejo esquema de triangulación y encubrimiento de operaciones financieras (según documentó el periodista Álvaro Delgado para Proceso), además de su ostentosa vida familiar en Atlanta (sufragada por los 400 mil pesos que dice ganar al mes) y los famosos "moches", lo ventilaron como un sujeto deshonesto y corrupto.


La verdad es que Ricardo Anaya nunca ha tenido buena fama. La biografía que cuenta su historia en la edición especial de Proceso donde se retrata a los candidatos sin maquillaje ni retoque, señala la falta de integridad que el muchacho tuvo desde que coqueteó con al PRI en Querétaro, para luego cambiar al blanquiazul en su incipiente carrera política.


Anaya no es el presidente que México requiere en este momento histórico, por ello es que el candidato va en un lejano segundo lugar frente a AMLO. Según Reforma, Parametría y El Financiero, son hasta 30 puntos los que lo separan del tabasqueño, lo cual vuelven nulas sus posibilidades de acceder a la primera magistratura del país.


México está pidiendo a gritos una transformación más profunda y hoy, ese cambio lo representa López Obrador, quien siempre ha sido un político incómodo, rebelde y crítico de este sistema neoliberal que ha tenido a México de rodillas y que ha acrecentado las enormes desigualdades del país. Por todo ello y una muy anticipada campaña, además del gran fracaso de Peña Nieto, es que hoy, Andrés Manuel encabeza todas las encuestas rumbo al próximo uno de julio.


Nos guste o no, estemos de acuerdo con él o no. el tiempo le ha dado la razón a López Obrador.


Anaya no tiene posibilidad alguna, es demasiado joven, inmaduro e inexperto, además de que, a pesar de su buena oratoria, no logra conectar con el pueblo, el cual lo percibe frío, acartonado y poco sincero. De acuerdo con la encuesta de Reforma su popularidad cayó y la gente lo ve como el más mentiroso de los contendientes (27%).Y es que sus índices negativos también aumentaron en dicho análisis y lo colocan en 38% de opinión mala o muy mala, sólo por abajo de Meade quien obtuvo 42%.


Del antinatural Frente que lo impulsa (PAN, PRD y MC), ya mejor ni hablamos.

En el colmo de la desvergüenza, sus faltas a la verdad han sido desmentidas todo el tiempo en Verificado 2018. A este candidato también se le señala de plagiar discursos, propuestas de campaña y hasta de copiarle a AMLO las ruedas de prensa mañaneras, las cuales tuvo que cancelar, al no colocar nunca tema alguno en la agenda política nacional.


Haber aplaudido a rabiar a Peña Nieto y sus dichosas reformas, pero también los pésimos gobiernos de Fox y Calderón, le están pasando la factura a Anaya, es por ello que el pueblo no le ha comprado su argumento anti sistema, además de que el pleito que después lo alejó del Presidente, con todo y la amenaza de cárcel, colocaron en la lona a un ambicioso personaje, que hoy ve cada vez más lejanas, sino es que imposibles, sus posibilidades de convertirse en el mandatario que hoy, un pueblo harto de políticos como él, está exigiendo.

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