lunes, 29 de agosto de 2016

JUAN GABRIEL POR SIEMPRE Y PARA SIEMPRE.


















"La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo"
-ISABEL ALLENDE-



Debo reconocer que he lamentado la muerte de muchos famosos, de gente importante, de aquellos que trascendieron y nos dejaron un legado destacado, más allá de su trabajo, de su ejemplo, de su testimonio, sin embargo, no recuerdo haber derramado lágrimas por ninguno de ellos. Hoy acepto que estoy llorando por la muerte de Juan Gabriel, el divo de Juárez, el ídolo, el cantante y compositor más grande que ha dado México.

Desde que me enteré de la noticia lo lamenté, sin embargo, fue cuando leí la columna de mi querido Álvaro Cueva que me cayó el veinte. Lo que Álvaro cuenta es más o menos lo mismo que ya había yo reflexionado, sentido y pensado, sin embargo y en honor a la verdad y al gran artista que fue, es y será Juanga, pero sobre todo ante mi compromiso como periodista, conductor de tv y locutor, pero ante todo como ciudadano, como persona, me decidí a plasmarlo en mi Blog, donde, sin cortapisas, digo lo que pienso, lo que siento, lo que creo, lo que se, lo que considero.

Yo tampoco tuve nunca la oportunidad de entrevistar a Juan Gabriel, sin embargo, si lo vi algunas veces en concierto, una de ellas, la primera, invitado por su equipo de trabajo. Fue en el Auditorio Nacional hace algunos años y la realidad es que me quedé con la boca abierta al corroborar la grandeza de este artista único, insólito, irrepetible.

Juan Gabriel triunfó en un México machista, en un país homófobo donde la diversidad sexual era silenciosa, donde la orientación sexual distinta a la heterosexualidad era blanco de criticas, señalamientos, burlas, satanización y hasta muerte. Donde ser como Juan Gabriel era casi un delito. Triunfar en esas condiciones y más que eso, convertirse en el icono, en el símbolo de una nación no fue poca cosa. Juan Gabriel lo logró y eso aumenta su leyenda.

"Juan Gabriel: tú, "gay", te convertiste en ídolo en un país de machos, pusiste a cantar y a bailar a los homofóbicos, lograste que los que hoy se oponen a los matrimonios igualitarios se deschongaron en fiestas y conciertos", escribió Cueva.

Con todo ello queda claro que son varios Méxicos, uno de ellos es hipócrita, doblemoralino, mentiroso. Ese que por un lado celebraba a Juanga, compraba sus discos, "joteba" sabroso con él, pero por otro, no bajaba de maricones, jotos y putos a los homosexuales, a todos, menos a Juan Gabriel.

De hecho, según el informe de la Comisión Ciudadana contra los crímenes de odio por Homofobia del 2015, México ocupa el segundo lugar a escala mundial en este delito, sólo después de Brasil. En los últimos 20 años en nuestro país se han cometido más de mil 200 homicidios dolosos contra personas con identidad sexual diferente a la heterosexual.


Varias generaciones de mexicanos y latinos, nacimos y crecimos con la música de Juanga. No hay quien no se sepa, por lo menos, una de sus muchísimas canciones. Y es que el divo de Juárez nunca se durmió en sus laureles, después de un gran esfuerzo logró sonados éxitos en los 60, 70 y 80. Asimismo, siguió dando batalla a finales del siglo pasado y en este también. De ahí que se decidiera grabar muchos de sus grandes éxitos a dúo con artistas modernos como Natalia Lafourcade, Juanes, Natalia Jiménez y otros más.

Juan Gabriel fue y seguirá siendo un fenómeno de la música en México y otras partes del mundo. El estilo de sus letras, la sencillez de las mismas, el sonido de su música, el sentimiento, la identificación que logró con el pueblo a través de sus canciones, pocos, muy pocos la logran. Pero su legado no sólo es musical, el hecho de haber vencido la adversidad y de que a pesar de todos lo pesares lograra triunfar, lo convierte en el mejor. 


Por cierto, gran revuelo causó la columna de Nicolás Alvarado en MILENIO, porque despotricó en contra del músico fallecido. Alvarado niega que sea un ídolo (por lo menos para él), critica sus canciones y tilda de "naco" su vestuario, pero acepta que fue un fenómeno de masas. Entre otras cosas apuntó: "...conozco apenas unas pocas de sus canciones que, confesaré, me han bastado para identificarlo como uno de los letristas más torpes y chambones en la historia de la música popular, todo sintaxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo que oscilan entre el lugar común y el absurdo".
   
Lo que el pedante de Nicolás Alvarado manifiesta es cierto, la prosa, las rimas, la métrica y el sonido de las canciones de Juanga son elementales, pero precisamente por eso nos llegan al corazón de muchos, por su simpleza y frescura, como ya lo manifesté renglones arriba. Lo extraordinario es que, sin ser Chopin o Mozart (Los únicos artistas que valen para el soberbio de Alvarado), logró el éxito en proporciones increíbles y que todos nos identificáramos con su música. 

Si por cantar las canciones de Juan Gabriel (muchas de las cuales me calan el alma y más con tequilas encima), llorar su muerte y considerarlo un ídolo, es ser "Naco", que me apunten en la lista.

Y es que quienes crean en el destino, Dios o un poder superior, no me dejarán mentir, Juan Gabriel se despidió. Por lo tanto, no es coincidencia que se haya puesto tan de modo en las últimas fechas (a pesar de que con su música siempre estuvo vigente), mediante los discos más recientes de duetos, pero también con la decisión de contar su vida vía "Hasta que te conocí", la serie que con gran éxito produjo Disney, Telemundo, TV Azteca y otras empresas de televisión y que, no dejó de lado el lado "amanerado" y "joto" del cantante.

Pero claro, no tocar el tema hubiera sido un error, un desacierto, una pendejada, porque Juanga era ese todo que tanto cantó y encantó a las multitudes. Otro detalle de su despedida fue el hecho de que el final de dicha producción, se transmitiría el mismísimo día en el cual lo sorprendió la muerte. Sin lugar a dudas, Juan Gabriel se fue en su mejor momento, por la puerta grande y sólo como los grandes saben hacerlo.

"¿Quién nos queda después de ti? ¿Qué otro compositor mexicano hará la mitad de las cosas que tu hiciste en los próximos 50 años? ¿En qué industria? ¿Para qué público?", se cuestionó Álvaro Cueva, y con justa razón, porque nos estamos quedando solos, huérfanos, sin estrellas, sin verdaderos artistas, sin líderes. Cuando la televisión comercial está apostando, en gran medida, por gente sin talento, cuando las figuras ya son desconocidas, sin carisma, sin estilo ni gracia. Cuando se están haciendo cosas de muy dudosa calidad. 


Cuando haber apostado todo por el "Telepresidente" no nos ha dejado nada bueno a nadie (Por cierto, la muerte del artista le vino como "anillo al dedo" a Peña Nieto, para que por un momento nos olvidemos de La Casa Blanca, Ayotzinapa, La Gaviota y el Depa de Miami, la crisis económica, el alza a la gasolina y hasta de su tesis plagiada).

Cuando los pocos artistas ya han sido dejados de lado o confinados a papeles de relleno, cuando ya no vemos en pantalla a celebridades como Verónica Castro ni Lucía Méndez, cuando ya Lucero se vio obligada a exiliarse a Brasil, cuando ya Thalía y Bárbara Mori se empeñaron en menospreciar las telenovelas, cuando ya TV Azteca no hará más melodramas, 
cuando el cine mexicano se llenó de películas irrelevantes en su mayoría, cuando la industria del disco está en decadencia, cuando a la música regresaron Jeans, Magneto, Mercurio y otras aberraciones, cuando la música y los artistas se volvieron desechables, cuando las cosas cambiaron y yo no estoy seguro si para bien. 

Es en ese contexto que se murió Juan Gabriel y es por todo ello que su ausencia duele, cala, lacera y llega a lo más profundo del corazón, así como sus canciones, así como sus letras, así como su música, así como su inspiración. Descanse en paz, Juanga, por siempre y para siempre...

2 comentarios:

  1. Magnificas palabras mi estimado y colega Tony. da gusto leerte, da gusto compartir contigo muchas de las verdades que has manifestado en tu escrito. da gusto que alguien tenga los cojones de decir lo que siente y lo que piensa. Y al señor Alvaro Cueva mis respeto.

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  2. Leerte siempre es gratificante, acertado en tus palabras. Un abrazo mi estimado.

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